Las coles que se comen en Bruselas son de Alicante y los tomates y la uva que consumen los berlineses proceden del Vinalopó. El sector hortofrutícola es, después del turismo, el motor de la economía alicantina en estos tiempos de crisis, en el que decenas de trabajadores han cambiado el andamio por el bancal.

Las ventas al exterior de frutas y hortalizas superaron, por primera vez, en tan solo siete meses los 3.000 millones de euros, lo que supone un aumento del 11,2% respecto a 2012, según los últimos datos de la Generalitat. El año pasado las ventas a Europa aumentaron un 15%, y se facturaron más de 1.000 millones de euros por parte de las empresas alicantinas dedicadas a la producción y exportación de frutas y verduras.

Tomates, uva de mesa y alcachofas son los productos más demandados en los hogares de media Europa. Cada día decenas de camiones frigoríficos exportan toneladas de productos desde las huertas de Alicante hasta los mercados alemanes, ingleses y franceses. Pero ¿cuál es el secreto del éxito? 

“Tenemos unos precios competitivos y un producto de calidad que el cliente europeo busca, y puede pagar”, explica Miguel Vicedo, secretario de la Federación de Empresas Exportadoras de Frutas y Verduras (Fepex) que representa a 60 empresas productoras y exportadoras de la provincia de Alicante. El consumidor español no mira tanto el calibre o la calidad de la fruta como el europeo, que no le importa pagar más. “Nos hemos adaptado, el consumo interno ha bajado y hemos salido fuera a vender”, admite Vicedo.

Según datos del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) desde el año 2009 la agricultura es el segundo sector exportador de la provincia tras el calzado. La facturación ha aumentado un 15% con un total de 2.000 millones de euros el año pasado y más de 2,2 millones de toneladas vendidas en los mercados europeos. El 82% de las exportaciones tienen como destino la Unión Europea (Alemania, Reino Unido, Francia, Países Bajos y nórdicos), a continuación está Rusia y otros países africanos.

Zanahorias para Senegal

El caso de Senegal es paradigmático. Andrés Martínez, que acumula una experiencia de 25 años en el sector hortofrutícola, exportaba millones de toneladas de zanahorias cada año a Senegal, y la crisis ahora ha provocado que "agudicemos el ingenio y empecemos a pensar en que empresas españolas cultivemos allí". Martínez, que además es dirigente de los regantes, reconoce que las empresas españolas han mejorado mucho "sus canales de comercialización y ofrecen un producto muy competitivo". Según Martínez su empresa factura “el doble este año que el pasado”. Según datos de Fepex, la provincia de Alicante aglutina el 33% de las exportaciones del sector hortofrutícuola español. De él dependen más de 110.000 familias.