Unos 1.500 tractores inundan las calles de Zaragoza para denunciar la «desesperación» del campo

Unos 1.500 tractores inundan las calles de Zaragoza para denunciar la «desesperación» del campo

Más de 5.000 agricultores y ganaderos de todas las comarcas aragonesas han ocupado el centro de Zaragoza con una protesta en la que exigen una agricultura con futuro.

Algunos agricultores apenas habían dormido. Había que dejar terminada la faena y arreglados los animales antes de subirse al tractor, a las cinco de la mañana, rumbo a Zaragoza. Las organizaciones agrarias (UAGA, Araga, Asaja y UPA) y Cooperativas Agroalimentarias han convocado este martes una movilización que esperaban fuera «histórica». Y el sector ha respondido.

A las 8.30 comenzaban a llegar al parquin sur de la Expo los primeros tractores. No parecían muchos, pero la afluencia de vehículos comenzó a animarse. Hubo que esperar más de dos horas para que las seis columnas que llegaban al punto de encuentro, desde distintos y distantes municipios aragoneses, se unieran en este emplazamiento y se encaminaran, ya todos juntos y a fila de uno, hacia el centro de la capital aragonesa.

Así, unos 1.500 tractores han tomado este mares la capita aragonesa en una «masiva» movilización para demostrar «la desesperación» del sector, y exigir al Gobierno medidas urgentes, soluciones decisivas y la suficiente valentía para encarar una reforma de la PAC que garantice el futuro de una agricultura con agricultores. No todos pudieron llegar hasta el paseo de la Independencia, pero los cientos de vehículos que lo hicieron fueron recibidos entre aplausos y vítores por los más de 5.000 manifestantes que, aunque debían permanecer concentrados en la plaza de Aragón, decidieron salir a su encuentro en una ruidosa e improvisada manifestación con la que comenzó el colapso en el centro de la ciudad. Durante horas quedó paralizado el tranvía, los autobuses tuvieron que tomar rutas alternativas (y mucho más largas) y el tráfico en el corazón de la ciudad sufrió numerosas afecciones por el clamor del medio rural y sus principales activos.

Hombres y mujeres, muchos jóvenes y también jubilados, familias enteras y hasta pequeños -con sus propios minitractores- han sido los protagonistas de una ruidosa protesta en la que han tomado protagonismo los ensordecedores claxon, el humo que lanzaban los apicultores, los cencerros que no dejaron de hacer sonar los ganaderos de alta montaña y el recuerdo siempre presente de José Luis Iranzo, el ganadero y agricultor de UAGA asesinado en Andorra por Igor el Ruso. Una ruidosa y reivindicativa protesta, que se ha prolongado hastá pasadas las 16.00, que ha contado con el apoyo de los ciudadanos que recibieron la tractorada con aplausos.

¿Quién te dará de comer?

A los ciudadanos precisamente han querido dirigirse los manifestantes con un manifiesto que, en la voz del periodista agroalimentario Chema Paraled, ha llamado la atención sobre el peligro en el que se encuentra el sector primario, porque los precios en origen no son precios del siglo XXI y las cosechas están devaluadas: desde el maíz hasta la fruta de hueso, desde el Pirineo hasta el valle del Ebro, desde las Sierras de la Ibérica hasta el Bajo Aragón.

«Sin agricultores, querido ciudadano ¿quién te dará de comer mañana?’, recogía el manifiesto con el que los manifestantes lanzaron un guante a la población. «Si no cambiamos esta tendencia, si tú no cambias y no nos apoyas… nosotros ya no te daremos de comer». Eso sí, reconocieron que no por eso faltará el alimento, pero llegará «de los mercados globalizados y ellos lo harán sin ética, sin el cuidado a la tierra que nosotros dispensamos, sin la seguridad alimentaria que nosotros te ofrecemo»». Por eso, «todos estamos amenazados: tú en tu dieta, que ya no será mediterránea. Nosotros en nuestra dieta y en nuestro modelo social de producción», denunció el sector con su manifiesto.

«Hoy los agricultores estamos sembrando el asfalto de tractores porque tenemos que cambiar la percepción de los ciudadanos que habitan la ciudad»», señaló Ángel Samper, secretario general de Asaja Aragón, quien advirtió que «el drama que vive el medio rural es un problema de todos los aragoneses».

«Esta manifestación demuestra la desesperación del campo. Hace dos años en este mismo paseo estábamos 200 tractores;, hoy hay más de 1.200 porque estamos viendo que el Gobierno no es valiente para actuar ante la crisis que vive el sector», aseguró José María Alcubierre, líder de UAGA, que aseguró que su organización tiene la sensación de que la modificación de la ley de la cadena alimentaria «es un tupido velo» para no afrontar con valentía una reforma de la PAC que mire al futuro, que deje de hablar de derechos históricos y que cambie radicalmente para favorecer el relevo generacional.

«Ya vale de que se nos meta la mano en el bolsillo», destacó José Manuel Roche, máximo responsable de UPA en Aragón, que, aunque valoró las medidas aprobadas hasta ahora por el Ministerio que dirige Luis Planas, insistió en que no es suficiente con aprobar la exigencia de que los precios pagados al productor sean superiores a los costes de producción. «Hay que vigilar para que así sea», insistió. José Victor Nogués, de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, y Jorge Valero, presidente de Araga, clamaron también por una agricultura que ponga en el centro a la agricultura familiar, y advirtieron de que el campo seguirá en la calle hasta «que esto se solucione y haya garantías de que mis hijos y mis nietos pueden trabajar en la agricultura».

Los pequeños a la cabeza

El malestar del sector agrario aragonés no solo se escuchó en el lento avanzar de los tractores. Una manifestación, en este caso a pie, encabeza por unos niños a lomos de minitractores, encaró el paseo de la Independencia en dirección a la plaza San Pedro Nolasco para gritar su hartazgo ante la sede de la consejería de Agricultura del Gobierno de Aragón. Su responsable, Joaquín Olona, salió y saludó y fue recibido con algunos abucheos y consignas de ‘Derechos históricos, abolición’, o ‘Agroseguro eres un ladrón’. Hubo con algun conato, por parte de los más jóvenes, de ‘asaltar’ la consejería, pero todo quedó en una ruidosa sentada y algunas tímidas voces pidiendo la dimisión del consejero.

Volvió a arrancar la movilización en dirección a la delegación del Gobierno, donde se produjeron los momentos de mayor tensión, porque, de nuevo, los manifestantes querían acceder al edicifio. Algún que otro forcejeo puso fin a una protesta «que no será la última si nada cambia», coincidieron los representantes del sector.

Noticia de Heraldo.es